
Resulta complejo en muchas ocasiones hablar de la historia reciente de cualquier cosa. Si en cada interpretación histórica se mezclan las particularidades propias de quien la escribe, en la medida en que esa historia sea más reciente y la participación más vívida y personal, la subjetividad está más presente. Eso parece ser una verdad difícil de refutar.
Sin embargo, que relatar un devenir histórico sea todo un desafío, no querrá eso decir que no se deba intentar. Y evaluar estos últimos tiempos del radicalismo en la provincia de Buenos Aires, merece aceptar ese desafío.
Algo ha cambiado, ostensiblemente, sin que esto quiera decir que no queden muchísimas cosas por cambiar. Las vicisitudes de la historia arrojaron a la UCR provincial a un sitio de muy escaso protagonismo en el acontecer político de la Provincia. Errores, omisiones, migraciones, resultados electorales, alianzas fugaces y muchas veces perjudiciales, falta de ideas, falta de cohesión, ninguneos y otros tantos factores podrán esgrimirse para explicar lo que todos vimos. El panorama resultaba hasta hace solo un tiempo, desesperanzador. Todo esto a pesar de las buenas voluntades e intenciones de quienes peleaban para evitar esa realidad. Podrán encontrarse muchas explicaciones sin que ninguna modifique una percepción generalizada en el afiliado radical de Buenos Aires.
Contra lo que dice la cátedra en muchas ocasiones, encuentro una primera bisagra en esta historia con la convocatoria a la elección interna del 2020, finalmente concretada en 2021, en el contexto de la pandemia de Covid 21. Esa convocatoria, puso en marcha un corazón radical que ahí estaba, y más allá de los resultados, la sociedad política bonaerense se sorprendió con la participación de ciento treinta mil afiliados donde parecía no haber más que un puñado de militantes. Movilizó, puso en alerta, sentó testimonio de su existencia. La UCR provincial estaba ahí y lograba movilizar desde la voluntad y la convicción, a un relevante número de afiliados. Hubo sorpresa en muchos, y el viejo partido mostraba que había músculo para pelear.
Poco tiempo más tarde, la conducción recientemente electa debía afrontar una PASO contra los socios de Juntos, el PRO, en una elección legislativa. No hace falta marcar ni resaltar la diferencia de posibilidades mediáticas y económicas de ambos oponentes. Cualquiera lo sabe y si no lo sabía, vivir esa campaña seguro se lo dejó claro. Para la gran pelea es necesario un respaldo que a la vista parecía no tener la UCR. La figura de Facundo Manes resultó vital para que, desde su alto grado de conocimiento por parte de la sociedad, pudiera competirse de igual a igual. Y así fue. Una campaña corta, muy corta, y el radicalismo que hacía poco tiempo parecía no estar, sacaba el 40 % de los votos del sector en una PASO. Otro testimonio no apelable. Más aún, ya haciendo historia de lo contra fáctico, todo indica que si la campaña se hubiera extendido algún tiempo más, el resultado hubiera sido aún mejor. Estaba la UCR, con presencia ganada en el trabajo. Ya no era la socia que podía meterse en una bolsa con otros pequeños partidos políticos.
El siguiente paso es el de discutir dignamente el poder a la hora de una elección para Gobernador de la Provincia. Discutir desde un lugar en el que ya no se representa a una minoritaria proporción de los electores, sino a una fuerza concreta que ha demostrado en estos últimos dos años estar allí, esperando más y más de la UCR provincial. Una masa de simpatizantes que espera ver a nuestro partido fuerte y convencido a la hora de una elección o una negociación.
El presidente de la UCR provincial, Maxi Abad, lanza su candidatura y otro desafío se pone en marcha. No cualquier desafío sino el que había que afrontar. El radicalismo no solo tiene voluntad y presencia, sino también candidato, algo que hacía mucho no ocurría.
– Pablo Zubiaurre –
El desafío de sentar a la UCR en condición de socio igualitario, dispuesto a medir fuerzas en las urnas o en la discusión de políticas para esta Provincia que no puede seguir profundizando su decadencia. Algo debe empezar a cambiar, ya, en 2023. Y para cambiar la provincia, Maxi Abad se lanza como candidato. Un nuevo desafío comienza a rodar en Mar del Plata este viernes 20 de enero.
Pablo Zubiaurre
Profesor de historia y escritor
Exintendente de Ayacucho
Miembro de la Mesa Comité Provincia UCR