
“En un año difícil, Argentina llevó la voz cantante de la región en el mundo”
-Alberto Fernández, en la cumbre de la CELAC-
Me pregunto: ¿Hay necesidad?
Las declaraciones del Presidente y, lo que es peor, la explicación de las declaraciones del Presidente a cargo de la vocera Gabriela Cerruti, constituyen hace ya tiempo un problema nacional. La extensión del artículo no me permite hacer un racconto de errores, omisiones, disparates, furcios, agresiones gratuitas, confusiones y toda una variedad de impropiedades que, a lo largo de estos más de tres años, ha protagonizado este dúo tan particular. Pero en casa, como en todas las casas, con los defectos se convive de otra forma. En pantuflas.
Transformar a este dúo en “voz cantante” de toda una región, pareciera ser un proceder peligroso e innecesario. Y si por tratarse de cuestiones internacionales le sumamos al canciller Cafiero y al ministro de Economía Massa, entramos en una zona de riesgo inminente, aunque con una salida estandarizada que les permitirá contarles a sus nietos que todo fue distinto; con los días, no se harán cargo de ninguna de sus declaraciones.
La voz cantante en este año difícil por la guerra de Ucrania, tardó meses en pronunciar la palabra “invasión”, como si hubiera otra que pudiera definir lo que pasó en este país, para no indisponer al amigo Putin que, como sabemos, nos salvó desinteresadamente la vida a los argentinos enviando la vacuna Sputnik casi gratis.
Es la voz cantante que en la palabra del ministro –y quizás candidato- Massa, tildó a Uruguay de “hermano menor” de Argentina y Brasil, haciendo enojar lógicamente al presidente Lacalle Pou (que tiene la economía bastante más ordenadita que nosotros) y lo desacreditó con altura al decirle solamente “Disneylandia”, en relación al mundo de fantasía en el que parece vivir el superministro.
-Pablo Zubiaurre-
La voz cantante del canciller que recibió al embajador suizo con banderas danesas; la voz presidencial que hizo enojar a mexicanos y brasileños al decirles que venían de los indios y de la selva, respectivamente, atribuyendo un texto de Lito Nebbia a Carlos Fuentes, que es como confundirse a “Gladys, la bomba tucumana” con Mercedes Sosa. ¿Lo van a asumir como la voz de toda una región? Repito: ¿con qué necesidad? Lo que puede salvarnos es que, por medio de la acción de Cerruti, al día siguiente de cada equívoco explique cómo cada vez, que lo que dijo no fue lo que dijo. Y a otra cosa.
En estos momentos, justo sale Bergoglio a hablar de la Argentina: “La pobreza está en un 52%. ¿Qué pasó? Mala administración, malas políticas”, y también se refirió a la suba sostenida de precios, que tiene especial impacto sobre los alimentos y los sectores más vulnerables: “Argentina en este momento tiene un nivel de inflación impresionante”. Contó también un chiste al que le cambió un fragmento: “Hay una historia teológico-cultural, que dice que los ángeles custodios de los países se fueron a quejar a Dios y le dijeron ‘fuiste injusto con nosotros porque a cada uno nos diste una riqueza, minería, agricultura, ganadería, y a los argentinos les diste todo, todo, tienen todas las riquezas’. Dicen que Dios pensó un poco, y dijo: ‘Para equilibrar les di a los argentinos’. Que no se enojen, es un chiste, yo soy argentino, pero algo de verdad hay, no terminamos de llevar adelante nuestras cosas”.
Todos sabemos que el chiste dice que, en contrapartida de todas las riquezas, Dios mandó a los peronistas. Pero se lo vamos a dejar pasar porque nadie está obligado a declarar contra sí mismo. Y seguro que no se haría cargo. Pero Cerruti declaró que “cuando el Papa dice que la política hizo que esta economía estuviera como está, todos sabemos que es producto de los cuatro años de Mauricio Macri, que todavía estamos remontando”.
¡Ay, Gabriela! Y para colmo, pudiendo haber declarado en italiano, croata o francés, el Papa declaró en castellano. Todos lo escuchamos de su boca. ¿Dónde leyó Cerruti que se había referido a Macri, cuando hace tres años y medio que no está, cuando la inflación es el doble de la que había, cuando el dólar vale seis veces lo que valía, cuando la pobreza ha crecido sin parar? Nada dijo el Papa de Macri que no haya dicho de Cristina Fernández o Alberto. “Mala administración, malas políticas”, dijo Bergoglio. “No ha tenido tiempo el Presidente”, dijo Cerruti, pareciendo ignorar que los mandatos presidenciales duran cuatro años, que Fernández ya casi cumplió.
Una semana dura que se agravó por la ausencia de Maduro, que no llegó al país por un supuesto plan para atentar contra su vida de la Patricia Bullrich y los asquerosos macristas. Se lo informaron sus servicios secretos, más duchos en la delación que en la anticipación, por lo que se ha podido ver.
O quizás supiera que el presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, en la que quizás fuera la página más sobresaliente de la reunión, advirtió que no se puede “hablar preocupadamente de derechos humanos y hacerse los desentendidos de la diáspora de siete millones de venezolanos emigrados por cuestiones políticas”.
-Pablo Zubiaurre-
En fin, una semana dura a la que Alberto, “la voz cantante”, puso un manto de paz cuando nos explicó ante la preocupación que todos tenemos por la inflación que no se detiene, que gran parte de esa inflación “es autoconstruida”, es decir, “está en la cabeza de la gente”. Gracias Alberto. Necesitábamos esa tranquilidad para afrontar el año. Ojalá se enteren todos.
El presidente de San Vicente y las Granadinas, Ralph Everard Gonsalves, será el reemplazante de Alberto Fernández como presidente pro tempore de la CELAC. Es un presidente de un país pequeño. Quizás Massa defina a San Vicente y las Granadinas como un hermano menor de Jamaica y Trinidad y Tobago. O un sobrinito.
Pero Alberto le dejó todo servido, Ralph Everard no tiene como errarle.
Pablo Zubiaurre
Profesor de historia y escritor
Exintendente de Ayacucho
Miembro de la Mesa Comité Provincia UCR