“Vino un gasista matriculado después de que trabajaran otros que no eran matriculados, ingresó a la escuela dio el visto bueno y se fue. Entonces, yo llamé a la empresa de gas para hacer la denuncia porque era evidente que el gasista no había hecho una revisión correcta. Vino la empresa de gas y detectó siete fugas. Podría haber terminado en una tragedia”, reza uno de los testimonios que surgen en la nota del diario La Nación, narrada por la madre de un alumno que cursa sexto año de la secundaria en la Escuela Provincial Nº3 Mariano Moreno, en el partido de Hurlingham.
Bajo el título “Colegios bonaerenses. Problemas estructurales, fugas de gas y comida cruda, una realidad compleja sin visibilidad”, Josefina Gil Moreira y Alejandro Horvat efectúan un recorrido por varios distritos del Conurbano y describen una realidad que, a consideración del consejero general de Educación de la UCR, Diego Martínez, “el gobierno de Axel Kicillof utiliza el lema: escuela pública, digna y segura. Sin embargo, la situación en las escuelas es muy grave”.
Esto demuestra una vez más lo necesario que es una #RevoluciónEducativa en la Provincia pero también en todo el país. Demos todas las discusiones que hagan falta para hacerlo realidad.https://t.co/unfrVirYAh
— Maxi Abad (@MaxiAbad) October 27, 2022
En una extensa, pormenorizada y descriptiva nota de la realidad, Gil Moreira y Horvat toman como base las cifras expuestas por la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires y “queda en evidencia al recorrer los establecimientos; la preocupación de padres por fallas que ponen en riesgo a sus hijos y las explicaciones de autoridades; a diferencia de las escuelas porteñas, las tomas no aparecen como un método de reclamo”.
Para la Defensoría, en la provincia “hay severos problemas estructurales en las escuelas, que inevitablemente generan inconvenientes para que los chicos puedan aprender y alimentarse como corresponde. Según el informe divulgado en mayo de este año, en tres de cada diez escuelas públicas y privadas los equipos directivos declararon la existencia de algún desperfecto. Al ubicar el foco solo en las de gestión estatal, el 51,7% presenta falencias. Las más mencionadas se vinculan con desprendimientos o grietas en paredes y techos (17,7% del total), filtraciones de agua (10,4%), fallas en la instalación eléctrica (7,4%) y baños en mal o regular estado (4,6%)”.
“Los problemas estructurales se resuelven asumiendo la situación real, construyendo acuerdos de mediano y largo plazo que den certidumbre a las escuelas”, comentó Martínez, que vienen denunciando esta situación y otras junto a su par del radicalismo, Natalia Quintana.
La Nación puntualiza algunos hechos, como el ocurrido el 14 de octubre, donde alumnos de la Escuela de Educación Secundaria (E.E.S.) Nº83 de Villa La Florida, en Quilmes, salieron del colegio con pizzetas en sus manos. “Siempre les entregan el almuerzo frío y hasta crudo en algunas ocasiones porque la escuela no tiene gas. La escena no es aislada, sino que se replica en establecimientos de distintos puntos de la provincia de Buenos Aires en medio de la crisis profunda educativa”.
Una abuela refrenda en parte lo descripto: “Lo principal y más urgente que le estamos pidiendo al municipio de Quilmes es el tema del gas. Hace tres años y medio que los alumnos no comen como es debido porque no hay gas ni para tomar un mate cocido en pleno invierno. Les dan medallones de soja crudos o sándwiches con moscas”, aludiendo al estado de la Escuela Nº 83.
El gobierno de @Kicillofok utiliza el lema: escuela pública, digna y segura. Sin embargo, la situación en las escuelas es muy grave.https://t.co/RCZwM4Sidq
— Diego Julio Martínez (@diegojlmartinez) October 27, 2022
También emergen testimonios como “los directivos y preceptores hicieron una vaquita para comprarnos caloventores y a veces ni eso alcanza. Hasta cambiaron el horario de entrada por el frío”; o “una vez descubrió una cucaracha dentro de una empanada. Todas las escuelas de Quilmes están iguales, con problemas de infraestructura y de comida”.
Y un caso en la Escuela de Educación Media Nº 6 de Lomas de Zamora, una de las pocas donde pueden asistir chicos con discapacidades: “Los chicos no izan la bandera porque el lugar donde se encuentra el mástil está en peligro de derrumbe. Hay ratas y tachos con agua estancada. Las puertas de emergencia están trabadas y hay baños y vidrios rotos. La mitad de los chicos cursan en una escuela primaria que funciona como anexo por lo mal que está la infraestructura”.
En el artículo se aclara que los problemas no se reducen a la red de gas. Puertas de baños destrozadas, salones con filtraciones de agua, desagües tapados y nidos de palomas en los techos se suman a la lista. “Para protestar hemos cortado la calle, así nos iban a escuchar. Si tomábamos la escuela no le iba a importar a nadie, además nosotros queremos y necesitamos que los chicos estén en las aulas”, sostiene una mamá.
“No hay tomas en la provincia porque muchos centros de estudiantes son financiados por los municipios. Mientras que los que no pertenecen a ese tipo de centro de estudiantes, son chicos que no comulgan con las tomas porque piensan que los estudiantes deben estar en las aulas”
Martínez también habló con La Nación: “El sistema educativo de la provincia es muy vertical y esta gestión ha profundizado la idea de que los inspectores no realicen tareas pedagógicas, sino que, por el contrario, se dediquen a ejercer un control político sobre los equipos directivos”.
Agrega que cuando empezó la pandemia impidieron que los directivos notificaran si los alumnos participaban de las clases y tampoco podían informar sobre la continuidad pedagógica. “Por otro lado, durante el gobierno anterior sí hubo escuelas cerradas, pero por temas como el caso de Santiago Maldonado y las realizaban los gremios con el acompañamiento de algunos estudiantes, aunque mantuvieron una dinámica distinta a las tomas porteñas”, indicó.
Y en las redes fue categórico expresando que “el gobierno debe comprender que las consignas vacías solo sirven para spots publicitarios de campaña. Las cuestiones educativas deben transcurrir por carriles serios e institucionales”.