“Si algo no nos puede pasar es perder esta oportunidad por mezquindades partidarias”, dijo la senadora radical Nerina Neumann, quien fue invitada a la reunión ampliada del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, que espera ansioso la definición de la planta de exportación de Gas Natural Licuado (GNL).
Neumann transmitió el apoyo del partido a nivel nacional al proyecto, que demandará una inversión de 30 millones de dólares y la creación de 16 mil puestos laborales, en primera y segunda línea.
El Consorcio llevó a cabo una reunión extraordinaria y ampliada, donde participaron sectores productivos, académicos, gremiales y políticos “con el propósito de poner en valor a Bahía Blanca como locación para el emplazamiento del megaproyecto impulsado por YPF junto a la empresa Petronas, para la exportación de GNL”. El intendente municipal, Federico Susbielles –expresidente del Consorcio-, legisladores bonaerenses por la VI Sección Electoral, concejales, y el sector empresarial e institucional: Bolsa de Comercio, Corporación de Comercio, Industria y Servicios, Bolsa de Cereales, Cámara Permisionarios y Concesionarios, APYME, Cámara Construcción, Asociación de Ganaderos, Cámara Portuaria, Zona Franca, Consorcio de Gestión del Puerto de Rosales, Universalidad Nacional del Sur, Universidad Tecnológica Nacional, Universidad Provincial del Sudoeste y la CGT, que respaldan el emprendimiento que ahora tiene un competidor: Punta Colorada, Río Negro.
Se informó que YPF y Petronas realizaron estudios técnicos, económicos, marítimos, de suelo y ambientales, que permitieron determinar la forma de viabilizar el proyecto, haciéndolo competitivo a nivel internacional, en Bahía Blanca. Susbielles contó que ya existe una reserva de un predio, que sería el lugar donde se instalaría la planta.
El proyecto incluye el diseño y la construcción de un gasoducto dedicado, el cual duplicará la capacidad total actual de la Argentina, más las instalaciones portuarias y complementarias requeridas. Allí se destacó que resulta estratégico para el país, pues recibirá lo que genera Vaca Muerta, generando “un gigantesco impacto positivo en la economía argentina, creando miles de empleos, incorporando tecnologías de última generación, y conectando a la Argentina con los principales centros de desarrollo del mundo”.
La inversión contempla el desarrollo de los recursos de gas no convencional y la construcción de plantas de licuefacción para producir hasta 25 millones de toneladas por año, que serán exportadas.