Por Pablo Zubiaurre, ex intendente de Ayacucho
Fue hace más de quinientos años, que un tal Colón se propuso convencer a los Reyes Católicos de que financiaran una expedición que, de acuerdo a su teoría, llegaría a las Indias navegando justo en el sentido contrario al camino conocido. Detrás de tan inusual propuesta, vivía la convicción de que el mundo no era plano tal como se veía, sino que era una esfera.
Constante, casi terco, Colón persiguió a sus majestades con escasa suerte. ¿Cómo que si el mundo es esférico, el agua de los mares no se derrama?, lo interrogó al parecer un asesor real. No había forma de explicarlo. Pero aunque no pudiera explicarlo, persistió en la idea.
Y un día llegó el sí. Quizás fuera la euforia ante la expulsión de los moros, quizás la modestia de las exigencias del Almirante, quizás esa insistencia plomiza, quizás Fernando con una copa de más, quizás alguna caída de ojos de la Reina; vaya uno a saber la verdadera razón, la cuestión es que le dieron la aprobación, y los reinos en vías de unificación de Castilla y Aragón financiaron esta aventura que terminaría encontrando el Continente americano.
¿Pudo Colón explicar desde el sentido común el motivo por el cual el agua no se derramaba de una esfera? No. Decididamente no. Faltaban 150 años para que naciera Isaac Newton, y algunos más para que expusiera su teoría de la Gravitación Universal, única forma de explicar teóricamente aquella pregunta que desvelaba a Don Cristobal.
Este domingo hubo elecciones en la Argentina. Linda jornada cívica, todo en paz, democracia en evolución positiva. Votaron 24.263.286 personas con 711.471 votos en blanco. El Frente Juntos obtuvo 9.995.390 votos, y el Frente Todos 7.576.618. Te puede gustar más o menos, pero esos son los datos objetivos con una posibilidad de variación mínima. El oficialismo perdió en los Distritos más grandes, y redujo su número de Senadores hasta no tener Cuorum propio, por primera vez desde 1983.
Al finalizar la elección, el Presidente Alberto Fernández convocó al festejo por el gran triunfo obtenido. Todos aplaudieron, y ahí vamos. Algo no me cerraba, como a aquel Consejero que no podía explicarse porqué habría de mantenerse el agua de los mares en su lugar, en un mundo redondo.
Pertenezco a una generación educada con métodos anticuados y memorísticos, y quizás por eso jamás me cuestioné aquello que me decían mis maestras acerca de que 10 eran más que 8, de la misma forma que 10 millones son más que 8 millones. Así me enseñaron. También supe que cuando se compite a ver quien tiene más, diez le ganan a ocho, y diez millones le ganan a ocho millones. Es un pensamiento básico que hasta aquí no me había cuestionado. Pensé que el festejo de un triunfo era una convocatoria insólita y errónea, y también que si lo hubiera hecho en la cumbre de Glasgow no hubiera habido problema porque nadie lo escuchaba, pero acá lo escuchamos todos. Igual no me la quiero jugar. “Historia Magitra Vitae”, (Historia maestra de vida) dijo Cicerón, y yo por las dudas le hago caso.
Quizás Fernández esté en lo cierto y dentro de algún tiempo alguien demuestre que 8 pueden ser más que diez, y le de la mano que Newton le dio a Colón. Ahora ganó perdiendo; con el tiempo quizás pueda explicarse racionalmente lo que hoy parece un conclusión casi demente. El tiempo lo dirá..