
Los consejeros generales de Educación, Natalia Quintana y Diego Martínez, emitieron un documento donde efectúan un análisis sobre la ampliación de la jornada escolar, “una decisión beneficiosa para los estudiantes y sus familias”, pero con algunas consideraciones donde advierten que “su implementación debe ser estratégica para dar cumplimiento a las prioridades de aprendizaje de los alumnos”.
La propuesta presentada para su tratamiento en el Consejo General el 5 de octubre, promueve la ampliación a jornada completa de 260 escuelas, y la incorporación de 653 escuelas al Programa Especial para la implementación de la Jornada Escolar de 25 horas semanales. Ante esto, los consejeros del radicalismo realizaron diversas consideraciones, donde califican positiva la determinación porque “teniendo en cuenta el último dato publicado en 2019 por la Subsecretaria de Planeamiento, en el que se indica que de las 5.885 escuelas primarias, solo el 6,3% tiene jornada completa y el 1,5% jornada extendida y, según dicho informe, de las escuelas de gestión estatal sobre un total de 4.218, solo el 5,3% tiene jornada completa y el 3,6% jornada extendida, resulta evidente que en el sistema educativo provincial, los equipos docentes y las familias están vinculados en su enorme mayoría a la educación primaria en el formato de jornada simple”.
“La ampliación de la jornada educativa en el nivel primario surge del análisis de los resultados de las pruebas de aprendizaje donde se relevan dificultades en aspectos básicos de prácticas del lenguaje y matemáticas”, indicaron, valiéndose de los efectos del impacto que la pandemia y del cierre de clases presenciales durante los ciclos 2020 y 2021.
Asimismo, interpretan que “la implementación de la jornada de 25 horas semanales podrá iniciarse en el mes de
octubre de 2022, siempre y cuando estén dadas las condiciones: materiales, que todos o la mayoría de los maestros de grado acepten asumir la cobertura de las horas adicionales, y que se garantice la cobertura de la función jerárquica en el o los turnos de funcionamiento de la escuela”.
En el cierre de la presentación, Quintana y Martínez sugieren que “la ampliación no resuelve los problemas estructurales del sistema educativo. No es un problema cuantitativo, es cualitativo. Por lo tanto, su implementación debe ser estratégica y cuidadosa para mejorar los aprendizajes de los alumnos. Como criterio de política educativa es necesario planificar de manera adecuada, dialogar con los equipos de conducción y con la comunidad educativa”.
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