El Gobierno bonaerense le dio estatus de resolución para el nivel secundario al Registro de Trayectorias Educativas (RITE) que se aplica en las escuelas desde la pandemia de coronavirus, y que supone una nota conceptual que luego, supuestamente, se convierte en numérica.
Después del intento de promover alumnos del secundario con hasta diez materias adeudadas, en febrero último, la Dirección General de Cultura y Escuelas de la Provincia sancionó con el oficialismo.
“El problema es previo, desde el año 2020, que los alumnos están cursando nivel secundario por fuera el régimen académico. Es decir, lo que nosotros hicimos cuando fuimos a la escuela, que había trimestres, que había calificación, eso de abandonó en pandemia. Tuvo una continuidad en el 2021 y, lamentablemente, no se regresó al régimen académico en el año 2022. Entonces, el gran inconveniente que hay en las escuelas secundarias es que están cursando por fuera de la normativa, por fuera del reglamento, y esto ha generado un volumen de alumnos que están con retraso académico”, explicó Diego Martínez, consejero general de Educación de la Provincia, en representación de la Unión Cívica Radical.
En su paso por “América TV”, Martínez ratificó los cuestionamientos que viene efectuando sobre el criterio del gobierno de Axel Kicillof respecto a la educación secundaria, junto a su correligionaria Natalia Quintana y Matías Lobos (PRO). “Si ingresás a la página oficial del Ministerio, en este momento hay un dato que es la Tasa de Promoción Efectiva, es decir cuántos alumnos pasaron. Mirás la historia de ese número y es el 85%. Si mirás el 2021, está en el 98%. Entonces el problema que tiene hoy la gestión educativa, es que luego de tres años de estar por fuera reglamento, tiene un montón de alumnos que están con retraso. Entonces la decisión es obvia: o ese dato se vuelca volviendo al régimen académico o se toman decisiones como la que se intentaron hacer en febrero, que por suerte se detuvo, y que ahora se morigeró con una propuesta que tiene tres conceptos centrales”.
Martínez describió que la primera “está bien, el sistema de cuatrimestre. Lo que sí está mal es que se promueve una calificación cualitativa en vez de ir a la calificación numérica. Esto que es ir a los tres conceptos que es trayectoria educativa avanzada en proceso discontinuo, con un cierre anual numérico, es un híbrido que está mal planteado porque, además, si vamos a cuatrimestres, deberían calificarse numéricamente y el alumno saber en qué posición está. Y el otro tema es avanzar en un proceso de intensificación, que es de alguna manera ir desarmando las comisiones evaluadoras. ¿Cómo toman examen si no es con tres profesores evaluadores? Se plantea una intensificación del trabajo personalizado del docente con el alumno con distintas modalidades. Y el otro problema es que no se eliminó el régimen académico, entonces estamos en una confusión. Si vamos al formato de intensificación deberían haberse eliminado las comisiones evaluadoras, y esto termina generando incertidumbre en las escuelas. Y es grave. Los alumnos pueden saber que los procesos evaluatorios pueden ser diferentes, según la escuela. Y si hay algo que la gestión educativa no debe generar, es incertidumbre”.