“El hombre que resignificó la causa de los desposeídos de Leandro Alem, en la causa de los derechos del trabajador, que dejó grabada en el 14 bis”, ilustran algunos historiadores a Crisólogo Larralde, en el día del 61º aniversario de su muerte.
Nadie discute su destacada figura, plagada de particularidades que denotaron el único interés por su partido, la Unión Cívica Radical, la República y los obreros.
Larralde nació el 29 de enero de 1902, en Quilmes, siendo considerado el garante de la inclusión de los derechos de los trabajadores, los gremios y la seguridad social en la reforma constitucional de 1957 mediante la incorporación del artículo 14 bis.
Nunca ocupó un cargo ejecutivo. En 1957 se acopló al balbinismo bonaerense, el sabattinismo cordobés y el unionismo para constituirse en el primer presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical del Pueblo. Del otro lado, la UCRI de Arturo Frondizi.
“Larralde había consagrado su vida a la causa popular, abrazando el radicalismo de muy joven tras un fugaz enamoramiento del ideario libertario anarquista. En los años treinta enfrentó con fiereza el fraude conservador en su provincia de Buenos Aires y, tras ser electo senador provincial en comicios viciados de irregularidades renunció a su banca como supremo gesto de altivez y moral cívica, rechazando beneficiarse con un cargo a expensas de la tergiversación de la voluntad popular. Espíritu inquieto, supo cultivar las letras y en especial la poesía”, narró el historiador Diego Barovero,
Resignó una candidatura a diputado nacional a salir, porque prefirió representar a la UCR como candidato a intendente de su ciudad, Avellaneda, “para que el partido pueda obtener quinientos votos más”.
Participó de la Declaración de Avellaneda, que dio origen al Movimiento de Intransigencia y Renovación (MIR); y junto a Miguel Ángel Zavala Ortiz, en 1962, fue candidato a gobernador de la Provincia por la Unión Cívica Radical del Pueblo.
Nadie dudaba de su poder. Hasta Perón sabía que tenía electores propios por fuera del radicalismo, afianzado por sus principios socialistas, que incluía electores del propio peronismo.
En un acto de campaña, en Berisso, hablándole a los obreros de la carne de Berisso y Ensenada. Sufrió un ataque cardiovascular fulminante que lo derribó en la tribuna y murió horas más tarde. Sucedió el 23 de febrero de 1962. Tenía 60 años de edad.