El 18 de enero de 1983 dejó de existir una figura emblemática de la democracia, la república y la honestidad: Arturo Umberto Illia.
Quedaban pocos meses para que la Unión Cívica Radical accediera nuevamente al gobierno de la mano de Raúl Alfonsín, y sepultar definitivamente los golpes de Estado que se iniciaron en 1930.
Illia nació en Pergamino el 4 de agosto de 1900, donde cursó los estudios primarios. Luego se trasladó a Buenos Aires, estudiando allí el secundario y después en la Universidad de Buenos Aires, recibiéndose de médico en 1927.
Al año siguiente conoció a Juan Hipólito Yrigoyen que le ofreció desempeñarse como médico ferroviario, eligiendo Cruz del Eje, Córdoba, para cumplir su tarea.
Fue en esta ciudad donde desarrolló toda su intensa actividad política que lo llevó a la presidencia en 1963, previo paso por la senaduría provincial, entre 1936 y 1940, y la vicegobernación cordobesa secundando a Santiago Horacio del Castillo, entre 1940 y 1943.
Su carrera también incluyó una diputación nacional entre 1948 y 1952, y en 1962 resultó electo gobernador, que no pudo ejercer por el derrocamiento de Arturo Frondizi. Sin embargo, Illia logró un posicionamiento importante que derivó en la candidatura presidencial en 1963 por la Unión Cívica Radical del Pueblo, accediendo a la Casa Rosada al vencer a Oscar Alende, de la Unión Cívica Radical Intransigente, y al teniente general Pedro Eugenio Aramburu, candidato de la oficialista Unión del Pueblo Argentino y del Partido Demócrata Progresista; y a otros postulantes como el socialista Alfredo Lorenzo Palacios.
No fueron años simples. La presidencia de Illia debió atravesar complejas situaciones promovidas, principalmente, por una oposición peronista que en aquel momento estaba proscripta. Detrás de esto acciones de gobierno trascendentales, como la anulación de los contratos petroleros que Frondizi había concertado con importantes compañías extranjeras, las leyes de Medicamentos y de Salario Mínimo, Vital y Móvil, y los cambios educativos.
Pese a las profundas transformaciones, el clima político no lo favoreció y lentamente los opositores fueron socavando su estabilidad. Mientras se relacionaba con el mundo o tomaba sol en Plaza de Mayo sentado en un banco, y hacía gala de la austeridad, honestidad y enaltecía los valores republicanos, nuevamente un golpe de Estado azotó al país. El 29 de junio de 1966 fue derrocado por un movimiento encabezado por el teniente general Juan Carlos Onganía.
Illia se resistió con su mejor arma: la palabra, hasta que al salir de la Casa Rosada subió a un taxi y se dirigió a la casa de su hermano en Martínez, y finalmente a Cruz de Eje. Renunció a la pensión de Presidente, regresó a su profesión ejerciendo la medicina y atendió la panadería de un amigo.
Su gestión
*La anulación de los contratos petroleros celebrados durante la presidencia de Arturo Frondizi, que ponían en serio riesgo la soberanía nacional.
*El presupuesto para la educación: en 1963, su participación era del 12%, en el año 1964 del 17%, en el año 1965, del 23%.
*El Plan Nacional de Alfabetización, cuya tasa de analfabetismo superaba el 10% de la población adulta, llegando a contar con 12.500 centros de alfabetización que albergaban a 350 mil alumnos, entre 18 y 85 años de edad.
*Fuerte impulso a las universidades, llegando a graduarse en su gobierno, solo en la UBA, 40.000 alumnos.
*La Ley del salario mínimo, vital y móvil, y la constitución del Consejo del Salario integrado por representantes del Gobierno, los empresarios y los sindicatos. De esta manera se evitaba la explotación de los trabajadores en aquellos sectores en los cuales podía existir un exceso de mano de obra, aseguraba un ingreso mínimo adecuado y mejoraba los salarios de los trabajadores más pobres.
*La Ley de Abastecimiento, que controlaba los precios de la canasta familiar y la fijación de montos mínimos de jubilaciones y pensiones.
*La Ley Oñativia de política de precios y de control de medicamentos, congelando los precios a los vigentes a fines de 1963, y limitando la realización de pagos al exterior en concepto de regalías y de compra de insumos. También incluía un análisis de costos que permitió detectar muchos medicamentos que no eran fabricados con la fórmula declarada por el laboratorio y su precio excedía en un 1000% al costo de producción.
*El fomento de la ganadería, con préstamos para incentivar las inversiones en su producción en momentos que la actividad padecía un fuerte deterioro.
*La disminución de la deuda pública e impulso a la industrialización, con férreo control sobre las empresas del Estado.
*El Producto Bruto Interno pasó del -2,4% en 1963 al 10,3% en el año 1964 y el 9,1% en 1965.
*El gran despegue el Producto Bruto Industrial: de -4,1% para el año 1963, al 18,9% en 1964 y el 13,8% en 1965.
*La disminución de la deuda externa de 3.400 millones de dólares a 2.600 millones.
*El crecimiento del salario real horario entre diciembre de 1963 y diciembre de 1964 un 9,6%. La desocupación pasó de 8,8% en 1963 a 5,2% en 1966.